martes, 9 de diciembre de 2008

Amanecer bajo tu Sol

9-12-08
Oh
farol,
me has de guiar
con tu albo resplandor,
con esa luz cálida y tierna.

Oh;
alcohol
con que embriagar
mis penas y dolor,
antes que sobre mí se cierna.

Oh;
estol
que emborrachar
con el más vil licor,
que sirven en esta taberna.

Oh;
el Sol
ya va a llegar,
mas aún luce el albor,
la luz que sale de su cuerna.

Oh;
resol,
me has de cegar
si viertes tu color
en ésta, mi negra caverna.

Oh;
el Sol
es como un mar
que guarda en su interior
un fuego de pasión eterna.

Oh;
crisol
que puedo hallar,
pues me llega el fulgor
de la llama de amor interna.

Oh;
tu Sol,
me va a quemar,
me acerco a su calor,
fuego que odio y amor alterna.

Oh;
algol
que descifrar,
sólo eso es el amor,
un problema que me consterna.

Oh;
mi rol
es esperar
a que llegue el amor,
que brille en la noche lucierna.

domingo, 7 de diciembre de 2008

No sangro

8-4-8
No sangro, mis venas lloran,
sólo se desangra un corazón que late.
Mis lágrimas sangrientas añoran
la fuerza de la desdicha como acicate.

La sangre corre, carmesí y oscura,
buscando por donde despeñarse,
intentando hallar una muerte segura
no duda en a mis ojos asomarse.

El fuego que ardía antaño en mis venas
se apagó y la sangre se fue haciendo hielo.
El frío glacial de todas las penas,
de los desengaños y de los anhelos.

Así, copos rojos
nievan de mis ojos.
Y voy matando con sangre fría
toda esperanza, toda alegría.
Y voy despertando a una realidad
que yo no quería
que fuese verdad.

De hielo, de acero,
de piedra soy por dentro.
Ya sólo ante el recuerdo me estremezco.

Los golpes me sacuden,
mas no me hieren.
Ando con el paso firme y resuelto
del que camina hacia la muerte.

Y lloro...una lágrima... por ya no verte.

He olvidado tus ojos

1-X-08
He olvidado tus ojos,
la isla en que me perdía,
el mar en que a mi antojo
me ahogaba y revivía.

Me olvidé de mirarlos
como se olvida un sueño
y dejé de admirarlos.
Esos dos ojos de ensueño

son recuerdos borrosos
que se han ido muy lejos.
He olvidado tus ojos.

domingo, 12 de octubre de 2008

Una lejana estrella

4-8-8
Y yo soy otra estrella;
lejana y brillante,
con una luz azul y pura.

Una estrella distante,
que a veces parece oscura,
pero que siempre es bella.

Una estrella que de día no puede brillar en tu cielo pues el sol que ciega y asfixia la oculta. Eclipsada por una estrella más pequeña y no tan brillante pero más cercana. Sólo podrás verme brillar en noches sin nubes, acompañado por el leve resplandor de la luna, una luz que permite ver otras y que difumina las imperfecciones, una luz mágica y misteriosa, tan distinta de la cruda luz del sol.

Mi luz rutila
pero no ilumina.
Mi luz se pierde,
pero siempre vuelve.
Mi luz es fría.
Mi luz es lejana.
Se oculta de día
y resurge ufana.

Es una luz poderosa, la de mi estrella,
que observar, a salvo, en la lejanía.
Pues, aunque parezca distante y fría,
su fuego te quemará si te acercas a ella.

Estrella Fugaz

8-2-8
Igual que la estrella que ardiente brilla,
que con su explosión de luz te deslumbra
y con su majestuosidad te maravilla.

Igual de fugaz fue el destello de tu sonrisa
y ahora me quedo sólo en la penumbra,
recordando como todo se fue, deprisa.

Huyes de mi mundo,
como la estrella
fugaz huye de la tierra.

Dejas un vacío profundo.
Tras esa luz tan bella,
ahora la oscuridad me aferra;

y su mano es fría,
como tú al decir que me querías.

Pero yo también soy como una estrella fugaz
me arrojo resplandeciente hacia ti, huyo de la oscuridad
y me estrello contra una barrera invisible; incapaz
de superarla ardo en una lágrima, sin conocer la verdad.

A las hadas que he perdido

23-9-08
A todas esas princesas que por siempre he perdido,
a todas esas llamas en cuya luz me quemé:
Me disculpo por el príncipe azul que no he sido,
tan sólo una polilla que vuela al fuego con fe.

A esos oscuros pozos en que me he sumergido
y nunca en sus turbias aguas el fondo pude encontrar.
A todos aquellos ojos que alguna vez han vertido
una lágrima por mí, y a los que no saben llorar.

Sabed que yo también he llorado,
sabed que yo también he reído,
sabed que guardo vuestro recuerdo.

A pesar de todo lo pasado,
sabed que no me he arrepentido
aunque hasta en mis sueños os pierdo.

sábado, 7 de junio de 2008

Así

9-4-2008
Como el ocaso de los dioses,
como el susurro de la noche,
como la luz que no ilumina,
como el final de todo goce,
como una flor que es sólo espina.

Como resucitar en vida,
como llorar por tu alegría,
como cuando sangro por tu herida
y sólo mana sangre fría.

Como un mundo que se escinde,
como la tierra que se separa a mis pies,
como tu corazón, que no se rinde
ante mí cuando me ves.

Como el Dios en que no creo,
como el destino del que escapo,
como cualquier fatal deseo
en el que, a veces, me atrapo.

Como el Antártico en estío...
así de triste, oscuro y frío.

Rendición

sábado, 12 de enero de 2008
Rumio una venganza contra el cielo,
reniego de un futuro que, ciego, anhelo
y muero un poco en cada envite.

A golpes contra el mundo he aprendido
que no hay Dios que dé ni Dios que quite
penas, alegrías o tristezas.
Y me crezco cuando tengo la certeza
de que sólo se puede estar perdido.
Y no lloro cuando veo tu cabeza
girar por no encontrar mis ojos.
Ya no me postro
de hinojos
ante el icono de tu rostro.

Si te veo
me recreo
en el verde de tus ojos.
Son un mar
que rodea tu pupila,
por eso tus lágrimas son saladas.
Vienes de una tierra de hadas,
de un mundo que sólo una palabra puede abrir,
en el que tan poco tiempo conseguí vivir.

Tu indiferencia te hace más bella,
¡la arrogancia te sienta tan bien!
Es un muro en el que mi mirada se estrella,
un muro de hielo que me cierra tu Edén.

Ha tenido que pasar tanto tiempo para darme cuenta
de que hemos estado tanto tiempo engañados
que puede ser que yo mismo me mienta
al pensar que por fin te había olvidado.

Tal vez nuestro amor sea una ajada bandera
que ondea todavía en el campo de batalla
después de que el último guerrero se vaya,
huya ya, sin fuerzas para defenderla.

Der Stern

19-12-07
Du bist der Stern
who try to learn
cómo esconder
cette ardent lumière.

Tu eres la estrella
que lejana y fría,
que ardiente y bella
te escondes día a día.
Sólo en las noches te veo,
sólo entre frío y oscuridad.
El fuego que enciende mi deseo,
la luz que ilumina mi verdad.

Tú eres un enfermizo anhelo
que no me hace más que obsesionar
cuando te veo cada noche en el cielo
pero, inalcanzable, no te puedo tocar.

Tú eres una estrella, pero la madrugada
es gélida y la luz lejana.
Y yo, sólo otro nocharniego
que camina la noche entera
tras de ti, para alcanzar tu fuego;
que mantienen la esperanza vana
de, en medio de la noche helada,
poder caldearme en tu hoguera,
de poder en tu fuego quemarme
antes que llegue el día y tengas que irte,
de poder, por fin, tenerte y amarte.

sábado, 9 de febrero de 2008

Impossible is nothing

Do you think in the globe
impossible is nothing?
But nothing is our love.

martes, 29 de enero de 2008

La Sociedad


13-XII-2007

En la oscuridad que todo envuelve,
nadie deja que brote una chispa de luz.
Y cualquier toque de color se disuelve
en este mar de negrura insondable.
Perdonadme, pues, que hable
si de mi boca brota cualquier atisbo de luz.
Perdonadme que os deslumbre
en mi viaje hacia la cumbre,
desde la cual me he de despeñar.
En perpetuas tinieblas la sola luz de una vela
os puede los ojos quemar.
Espero dejar al menos en mi caída al abismo
una resplandeciente estela
con esa luz que se libera
al romper el negro mutismo.

Encadenado de pies y manos,
con sólo la boca dispuesta
a retar con mi respuesta
este cruel yugo inhumano.

Con la boca, libre, os escupo,
pero cada salivazo es respondido por una bofetada,
que me libera de cualquier remordimiento que cupo
en este ardiente corazón.
De nada sirve una espada,
por firme que se empuñe,
por fiera que sea la pasión,
en una mano atada.
Sin la libertad
que tu me niegas
y en medio de la total oscuridad
solo puedo luchar,
revolverme con denuedo a ciegas.

Me rebelo ante el Dinero
que tapa nuestros ojos
(nos hace ciegos),
que nunca calma nuestro apetito,
que sólo alimenta nuestros egos
y nuestra avaricia hasta el infinito.

El Dinero.
Son sólo los despojos
de un mundo muerto.
Y aquel que no esta muerto,
aquel que no se rinde,
aquel que sigue en liza
en un mundo que se escinde,
aquel… sólo agoniza,
pero al menos vive.
Aquel sólo sufre,
pero al menos siente.
Aquel no se engaña,
aquel no se miente.
Aquel araña
con sus manos desnudas
los muros que, imponentes,
cercan su libertad.
Con sus cálidas manos impotentes
intenta derribar el frío muro de piedra,
y aunque por siempre lo intenta,
el sólo no lo desmedra.
Pero no sucumbe
y no se inventa
una nueva realidad.
Él seguirá arañando,
con los dedos sangrando
hasta que el muro derrumbe.

Algún día desaparecerá ese muro,
erosionado por miles de manos sangrantes
a través de los tiempos. Seguro.

Aquel que contempla estoico
la riqueza desmedida,
y que en un esfuerzo heroico
no se olvida
de sacudir las cadenas que lo atan,
de romper, en el silencio, a gritar,
aunque tan sólo sea por despertar
a los que la esclavitud aletarga,
a los que dormidos sueñan
vivir en un mundo ideal,
donde la sociedad se encarga
de discernir el Bien y el Mal.
A los que sólo despiertan
al oír el tintineo del vil metal,
aquellos para los que elegir es una carga fatal.

Mas los que desertan
de un ejército de avarientos,
aprenden con premura
a rechazar sin aspavientos
el ejercicio de la usura.

A despreciar, con mesura,
aquello que compra el dinero,
y a disfrutar, mientras dura,
la vida partiendo de cero.
A apreciar lo que no se compra ni se vende,
lo que surge del azar,
lo que siempre nos sorprende.
Lo que siempre estuvo allí
y nunca te diste
cuenta hasta que se alejó de ti,
hasta que lo perdiste.

Pero esos son tan pocos
y son tan diferentes
que son llamados locos.
Nada tienen que ver
con toda esa otra gente
que se cree libre pues observan
que nada obstruye su paso
(no hay barreras en este ingente
y moderno mundo globalizado).
Pero en este eterno ocaso
no hay luz suficiente
para ver los hilos que nos mueven.
Y aquellos que los ven no se atreven
a arrancar las cuerdas que los atan.
¿A dónde irán sin nadie que los lleve?
Es tan cómodo que guíen tus pasos.
Algunos sueltan sus brazos para alzar
el puño crispado hacia el cielo
y clamar sus penas eternas
mientras dejan que muevan sus piernas

Una multitud autómata
que se mueve al mismo ritmo.
Una masa que te empuja
hasta arrojarte al abismo,
que, si te paras, te estruja.

Estamos rodeados de brazos
que nos empujan de contino.
Pero es difícil encontrar una mano
que nos ayude en el camino.

Una marea
que nos rodea,
que nos aisla.
Un mar de indiferencia,
que nos encierra
en nuestra isla,
en un palmo de tierra.
Esa es toda nuestra herencia.
En la colosal masificación de la sociedad
es donde se descubre la verdadera soledad.

Triunfar en la vida…
es algo que nunca he comprendido.
Luchar
para ganar,
como si fuese un partido.
O buscarle a la vida sentido.
¿Acaso no lo tiene en sí,
en cada momento vivido?
Siempre he compadecido
a los que han malgastado
su vida buscándole sentido.
Aquellos que por encontrar un destino,
en su viaje, no han disfrutado el camino.

Soñamos con quimeras imposibles
para intentar alejarnos de lo que es real,
de aquello que si está a nuestro alcance.
Tejemos telarañas invisibles,
Alzamos un muro que no es tal
para intentar frenar nuestro avance.

Tenemos miedo a quedarnos solos
si nos alejamos de la masa que estrangula
y que agobia,
si salimos de la sala oscura,
si vamos más lejos que nadie,
si cruzamos la puerta y llegamos
al espacio abierto de la libertad.

Padecemos una curiosa agorafobia.
Tenemos miedo a que la luz del sol irradie
sobre nuestras vidas un rayo de verdad
y que podamos al fin ver, al salir de la oscuridad.

Entonces, recuperada la vista,
ya no tendrán que guiarnos como ciegos.
Tendremos la obligación de orientar nuestros pasos,
de opinar, de entender, de observar, de pensar.

Entonces, tal vez, añoremos ser los borregos
a los que conducía el pastor.
Entonces, tal vez, queramos que el ocaso
se lleve este molesto resplandor
y seguir en tinieblas sumergidos.

No somos los únicos esclavos que temen más
que a la comodidad de la esclavitud
la incertidumbre de la libertad.

Al fin y al cabo, puede que el ideal de libertad
sea una utopía, sólo alcanzable en la más absoluta soledad,
impracticable en esta o cualquier otra sociedad.

lunes, 14 de enero de 2008

Un nuevo renacer de la poesía

20-07-2007
Un nuevo renacer de la poesía.
Nuevas rimas, nuevos versos,
benévolas melodías
entremezcladas con ritmos perversos.

Sueños de muerte
y cantos de vida
cuando nada nos quede.

Una eterna pesadilla
que todo ocupa,
que se disipa

cuando entonas tu canto
y viertes en mi oído
tu salmo delicado.

Una luz que ilumina,
se apaga de repente
y después es distinta.

Una voz que se escucha,
una voz que se apaga,
una voz que subyuga.

Y en la eterna inmensidad de la nada
deambularán nuestros corazones sin rumbo, no hay un camino.
Nuestras almas, rotas y desconsoladas
se rebelan contra su destino,
intentan amarse por siempre,
pero, ni tan siquiera, por siempre se pueden odiar.
Quieren elevarse
ante el peso que las lastra
y escapar de este desastre.
Pero sólo saben llorar
y reír a duras penas,
reírse de sus condenas
eternas,
y de vez en cuando,
de las desgracias ajenas,
reír si no están llorando.

En el vacío recipiente de tu alma
derramo mi poesía,
derramo mi ambrosía
y me río,
y lloro,
al recordar lo que quería.

Nada ocurre como yo quiero
y renazco cuando muero
y, a veces, estando vivo me siento muerto.

Intento andar en el mar
y nadar en el desierto.
Nunca lo podrás entender,
pero, es cierto,
a veces lo consigo,
y otras veces me rindo y me maldigo.

Victorioso en derrotas,
conozco los derroteros de la gloria y la miseria.
Hay veces que se cruzan para luego separarse,
es en esas encrucijadas en las que puedes encontrarme,
mirando a uno y otro lado
para elegir un camino:
siempre el equivocado.
Camino sin cruzarme
con un Satán
que no acaba de atreverse a tentarme
con dinero, mujeres y poder.
¿No sabe que soy, como Adán,
un tipo fácil de convencer?

domingo, 13 de enero de 2008

A veces

7-8-7
La poesía esta muerta…
pero, a veces, se nos aparece en sueños
y, a veces, sigue estando allí cuando uno despierta.
Como el regalo más pequeño
y, a veces, el más valioso
se pierde en su deceso.
Espera acaso el hálito de la musa
como una excusa
para renacer.
Para resucitar de entre las poesías olvidadas,
las que murieron antes de ser escritas,
al poco de ser gestadas
por una mente olvidadiza.
Silenciadas por la mordaza
del olvido,
estas poesías malditas,
a veces, hablan a gritos.

Presentación

Desde está página intentaré rescatar a la poesía del olvido al que ha sido condenada en esta época. Un esfuerzo fútil, condenado al fracaso.