8-4-8
No sangro, mis venas lloran,sólo se desangra un corazón que late.
Mis lágrimas sangrientas añoran
la fuerza de la desdicha como acicate.
La sangre corre, carmesí y oscura,
buscando por donde despeñarse,
intentando hallar una muerte segura
no duda en a mis ojos asomarse.
El fuego que ardía antaño en mis venas
se apagó y la sangre se fue haciendo hielo.
El frío glacial de todas las penas,
de los desengaños y de los anhelos.
Así, copos rojos
nievan de mis ojos.
Y voy matando con sangre fría
toda esperanza, toda alegría.
Y voy despertando a una realidad
que yo no quería
que fuese verdad.
De hielo, de acero,
de piedra soy por dentro.
Ya sólo ante el recuerdo me estremezco.
Los golpes me sacuden,
mas no me hieren.
Ando con el paso firme y resuelto
del que camina hacia la muerte.
Y lloro...una lágrima... por ya no verte.
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