I
Cálidas arenas,
plácidas las costas
blancas donde impostas
cánticos de penas.
Cálidos, plácidos cánticos
dan vida, ritmo al Atlántico.
Críptico cantar,
místico misterio;
rítmico pesar,
mítico adulterio
entre tierra y mar.
Críptico, místico, mítico,
un penetrar siempre rítmico;
fálicas olas del mar.
II
Oigo tu canto es tan bello,
veo tu canto un destello
de poesía, fuego y mar.
Siento tu pena es tan triste,
que hasta ese mar que te viste
amenaza con llorar.
Te oigo y lloro.
Me enamoro
de la idea
de tenerte.
Haz que crea
poder verte.
Te oigo y sufro;
y camuflo
sentimientos
imposibles
bajo gestos
impasibles.
Mientras, tú cantas
cuentos de hadas,
no son factibles.
Mientras, tú nadas
y te adelantas
hasta la playa.
Hasta el mar calla,
yo sólo espero
oír “te quiero”.
III
Toma mi mano, sígueme,
acaso no me ves como en tu sueño;
persígueme,
poniendo en la labor todo tu empeño,
en un mar de plata que luce
plácido,
iridiscente
y, de repente,
se vuelve áspero,
ácido.
Es sangre caliente,
un rojo diáspero.
Esconde la muerte
el mar en su seno,
bebe mi veneno
y te harás más fuerte.
Persígueme,
elígeme,
soy lo que tú buscas
a todas horas,
la muerte
qué importa.
Nunca me has tenido
y aun así me añoras.
Ven a mi mundo sin sol,
ven a mi mundo sin aire,
donde seré yo tu alcohol,
te embriagará mi donaire.
Ven a mi mundo sin sol,
ven a mi mundo sin aire,
donde seré yo tu estol,
donde seré tu socaire.
Ven a mi mundo.
Cada segundo,
es importante.
Ven conmigo ya,
deja de luchar,
nada hacia delante.
Hazte el dueño
de tu sueño,
sé mi amante.
Come to me
come into the deep,
to a place where sea
is all, not only a dream.
Left this shore,
days of yore.
Come to me,
ours' the sea.