viernes, 13 de febrero de 2009

Viernes 13

viernes, 13 de febrero de 2009
Con las manos manchadas de sangre,
con un frío tacto de ataúd,
comí tu corazón ya sin hambre
y brindé sin sed ya a tu salud.

Con los ojos llorosos de goce,
y con esa feliz sensación
que me transmitió entonces el roce
de tu muerto y frío corazón.

A manos llenas
y a bocados
comí las venas,
ya empachado.
Con exquisitos modales
perpetré
todos los males
que nunca hube imaginado.
Y pensé
(pecado impuro
de legiones infernales)
alcanzar contigo el cielo
con un vaso de cianuro
enfriado con un hielo.

Y conforme mi locura
halló contigo su cura
me fui arrepintiendo
al observar tu hermosura
(cómo se iba perdiendo
día tras día en el suelo),
ya cubierta de gusanos,
como un velo:
tus ojos, tus labios, tus manos,
tu cuello, tu pecho, tus piernas.
Y volviendo a ser humano
deseché ya mi suicidio
y viví la culpa eterna
de aquel hórrido homicidio
que empezó como un idilio.

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