16/03/12
Sueñas despierta,
he descubierto
mentiras tan ciertas...
No soy Roberto,
nunca esa puerta
ha estado abierta
porque estoy muerto.
Nunca se acierta,
todo se yerra,
nunca hubo paz
en esta guerra
contra uno mismo,
sólo un incendio
y un gran abismo.
Lee este compendio
del pesimismo,
son las memorias
de unas historias
sin heroísmo,
sólo un cobarde
que se rebela
de tarde en tarde:
en un alarde
de insania vuela,
sigue la estela
de una estrella fugaz.
Nunca hubo paz
en esta guerra...
Toda la Tierra
está inmersa
en esta batalla perversa,
es el testigo
con que conversa
siempre a su abrigo
el enemigo.
La Tierra
encierra
el secreto
del muerto,
cubierto
por completo
de más tierra.
Y aun tras la muerte
esa mano inerte
se aferra a la tierra
que lo encierra.
Sueñas despierta,
vives durmiendo,
envejeciendo...
Esta es mi oferta:
mata el momento,
toma mi aliento.
Te miento atento,
por si me invento
una verdad.
Tu soledad
es el sustento
de mi maldad.
Dame una oportunidad
o ciento,
si lo intento
sé que te podré fallar
de nuevo,
no miento...
te debo
más de un lustro sin amar.
Irredento
yo te llevo
con mis versos a un altar
y te bebo
tan sediento
que no te puedo tragar,
y vomito
en un rito
que nos ha de separar.
Fue bonito,
duró poco,
no se puede pedir más.